Etiopatogenia de la Diabetes Tipo 1

La diabetes tipo 1 (DT1) es una enfermedad autoinmune progresiva que resulta de la destrucción mediada por células T CD4⁺ y CD8⁺ de las células β pancreáticas; infiltración inflamatoria de los islotes pancreáticos, o insulitis; susceptibilidad genética asociada con la región del antígeno leucocitario humano (HLA); y el desarrollo de autoanticuerpos reactivos contra antígenos de células β.¹

Las células B activadas interactúan con las células T CD4⁺ y CD8⁺, y la presentación de antígenos por células B y células dendríticas impulsa la activación de células T citotóxicas específicas de células β, lo que también conduce al desarrollo de autoanticuerpos contra los islotes (IAbs) por parte de las células B.² Los IAbs que atacan la insulina, la descarboxilasa de ácido glutámico de 65 kDa, la proteína asociada a insulinoma 2 y el transportador de zinc 8 están asociados con los gránulos secretores en las células β. Sirven como biomarcadores de la autoinmunidad asociada con la DT1, que se detectan meses o años antes de la aparición de los síntomas y pueden utilizarse para identificar y estudiar a personas con riesgo de desarrollar la enfermedad.² La figura a continuación muestra la patogénesis de la DT1.

Otros posibles contribuyentes a la enfermedad incluyen factores perinatales, como la falta de transferencia pasiva de protección inmune o una agresión embrionaria, el momento de la vacunación, el uso de fórmula a base de leche de vaca, los cambios en el microbioma intestinal y otros factores ambientales, incluidos los enterovirus.¹

La susceptibilidad genética se ha confirmado en estudios con gemelos e individuos de familias cercanas, con una concordancia del 30 % al 70 % en el diagnóstico en gemelos idénticos. Existe un aumento del 6 % al 7 % en el riesgo de co-ocurrencia entre hermanos de una persona con DT1, así como un riesgo del 1 % al 9 % en hijos de padres con DT1 (ver tabla sobre el Riesgo de Diabetes Tipo 1).³⁻⁶

La susceptibilidad genética está mediada por características poligénicas en los genes de la clase II del HLA, que representan entre el 40 % y el 50 % del riesgo familiar. Los alelos más frecuentes o de alto riesgo (presentes en hasta el 90 % de los pacientes con DT1) son HLA-DR3-Q2 y DR4-Q8.⁷ Además, la presencia de los genotipos HLA‑DR y HLA‑DQ (HLA-DR-DQ) confiere un mayor riesgo de desarrollar dos o más autoanticuerpos y DT1.²

Las personas con DT1 también tienen más probabilidades de padecer otros trastornos autoinmunes, así como síndromes autoinmunes poliglandulares monogénicos.⁸

Sin embargo, el 90 % de las personas diagnosticadas con DT1 no tienen antecedentes familiares de la enfermedad.¹⁰ Esto resalta la necesidad de un cribado basado en la población.

Aumento de la Incidencia y Prevalencia de la Diabetes Tipo 1

Se estima que en 2021 había 1,7 millones de adultos en los Estados Unidos y aproximadamente 304,000 niños y adolescentes (<20 años) con DT1. Es la forma más común de diabetes en la infancia y la adolescencia, pero puede presentarse a cualquier edad. La incidencia está aumentando en todos los grupos etarios, incluidos los adultos, como se muestra en las figuras a continuación. Se estima que para 2050 habrá 5 millones de personas en los Estados Unidos diagnosticadas con DT1, incluidos casi 600,000 niños y adolescentes.¹¹ La primera figura muestra las tendencias en la incidencia de DT1 en niños y adolescentes entre 2002 y 2018; la segunda figura resalta la incidencia por edad y sexo entre 2001 y 2015.

Un estudio encontró un cambio porcentual anual del 1.9 % en la incidencia entre 2002 y 2015.¹³ Aunque la incidencia de DT1 sigue siendo alta en personas blancas no hispanas, está aumentando a un ritmo más rápido en otros grupos raciales y étnicos. Los niños y adolescentes asiáticos o isleños del Pacífico no hispanos presentaron los mayores aumentos significativos, seguidos por los niños y adolescentes hispanos y negros no hispanos.¹¹

Se estima que hasta el 40 % de los adultos mayores de 30 años con DT1 pueden haber sido diagnosticados erróneamente con diabetes tipo 2 (DT2) o diabetes monogénica, con un mayor riesgo de error a medida que aumenta la edad.¹⁴ Los principales desafíos para un diagnóstico oportuno y preciso en adultos incluyen la suposición de que la DT1 es una enfermedad de la infancia y la adolescencia y que los adultos con diabetes tienen DT2. Sin embargo, hasta el 70 % de todos los casos de DT1 tienen inicio en la edad adulta.¹⁵ Esto provoca un diagnóstico tardío, síntomas más graves y un retraso en el tratamiento.¹⁶⁻¹⁸

Una encuesta realizada a 3030 adultos con DT1 y a padres de niños con DT1 encontró que 1 de cada 4 fue diagnosticado erróneamente, lo que resultó en un aumento del 18 % en el riesgo de cetoacidosis diabética (CAD) en comparación con aquellos que recibieron un diagnóstico correcto.¹⁷

Impacto de la Diabetes Tipo 1 en la Calidad de Vida

A pesar de los avances tecnológicos en el manejo de la DT1, como el monitoreo continuo de glucosa y las bombas de insulina, la hipoglucemia, la hiperglucemia y la CAD siguen siendo eventos comunes. Todos tienen un impacto significativo en la calidad de vida del paciente, así como en los resultados a largo plazo, incluidos el aumento del riesgo de complicaciones macrovasculares y microvasculares.¹⁹ De hecho, la CAD es una de las principales causas de muerte en niños con DT1, debido al edema cerebral resultante.²⁰

Los adultos también pueden presentar CAD en el diagnóstico y posteriormente, aunque la frecuencia es desconocida. Sin embargo, el principal factor de riesgo en adultos no es la DT1 no diagnosticada; los factores de riesgo principales son la falta de adherencia al uso de insulina y las infecciones.¹⁶

Una revisión de 31 estudios encontró que la DT1 descontrolada—tanto los episodios inmediatos de hipoglucemia como las complicaciones de hiperglucemia a largo plazo—afecta negativamente los ámbitos físico, emocional, práctico y social de la vida del paciente (ver tabla a continuación). La calidad de vida de los familiares del paciente también se ve afectada negativamente.²¹

Referencias

  1. Atkinson MA, Mirmira RG. La “sinfonía” patogénica en la diabetes tipo 1: un trastorno del sistema inmunológico, las células β y el páncreas exocrino. Cell Metab. 2023;35:1500-1518.
  2. Katsarou A, Gudbjörnsdottir S, Rawshani A, et al. Diabetes mellitus tipo 1. Nat Rev Dis Primers. 2017;3:17016.
  3. DiMeglio LA, Evans-Molina C, Oram RA. Diabetes tipo 1. Lancet. 2018;391:2449-2462.
  4. Noble JA. Inmunogenética de la diabetes tipo 1: una revisión completa. J Autoimmun. 2015;64:101-112.
  5. Pociot F, Lernmark Å. Factores de riesgo genético para la diabetes tipo 1. Lancet. 2016;387:2331-2339.
  6. Redondo MJ, Jeffrey J, Fain PR, et al. Concordancia de autoinmunidad de los islotes entre gemelos monocigóticos. N Engl J Med. 2008;359:2849-2850.
  7. Noble JA, Valdes AM. Genética de la región HLA en la predicción de la diabetes tipo 1. Curr Diab Rep. 2011;11:533-542.
  8. American Diabetes Association. Diagnóstico y clasificación de la diabetes: estándares de atención en diabetes-2025. Diabetes Care. 2025;48(suppl 1):S27-S49.
  9. Parkkola A, Härkönen T, Ryhänen SJ, et al. Antecedentes familiares ampliados de diabetes tipo 1 y fenotipo y genotipo de niños recién diagnosticados. Diabetes Care. 2013;36:348-354.
  10. Sims EK, Besser REJ, Dayan C, et al. Cribado de diabetes tipo 1 en la población general: informe de estado y perspectiva. Diabetes. 2022;71:610-623.
  11. Centers for Disease Control and Prevention. Informe Nacional de Estadísticas sobre la Diabetes. Disponible en: https://www.cdc.gov/diabetes/php/data-research/index.html.
  12. Rogers MAM, Kim C, Banerjee T, Lee JM. Fluctuaciones en la incidencia de la diabetes tipo 1 en los Estados Unidos de 2001 a 2015: un estudio longitudinal. BMC Med. 2017;15:199.
  13. Divers J, Mayer-Davis EJ, Lawrence JM, et al. Tendencias en la incidencia de la diabetes tipo 1 y tipo 2 en jóvenes—condados seleccionados y reservas indígenas, Estados Unidos, 2002–2015. Morb Mortal Wkly Rep. 2020;69:161-165.
  14. The Lancet Regional Health-Europe. Diagnóstico erróneo de diabetes tipo 1 y tipo 2 en adultos. Lancet Reg Health Eur. 2023;29:100661.
  15. Burahmah J, Zheng D, Leslie RD. Diabetes tipo 1 de inicio en la edad adulta: una perspectiva cambiante. Eur J Intern Med. 2022;104:7-12.
  16. Leslie RD, Evans-Molina C, Freund-Brown J, et al. Diabetes tipo 1 de inicio en la edad adulta: comprensión actual y desafíos. Diabetes Care. 2021;44:2449-2456.
  17. Muñoz C, Floreen A, Garey C, et al. Diagnóstico erróneo y cetoacidosis diabética en el diagnóstico de diabetes tipo 1: perspectivas de pacientes y cuidadores. Clin Diabetes. 2019;37:276-281.
  18. Thomas NJ, Lynam AL, Hill AV, et al. La diabetes tipo 1 definida por una deficiencia severa de insulina ocurre después de los 30 años y comúnmente se trata como diabetes tipo 2. Diabetologia. 2019;62:1167-1172.
  19. Al Hayek AA, Al Dawish MA. Frecuencia de la cetoacidosis diabética en pacientes con diabetes tipo 1 que usan FreeStyle Libre: una revisión retrospectiva de expedientes. Adv Ther. 2021;38:3314-3324.
  20. Wolfsdorf JI, Allgrove J, Craig ME, et al. ISPAD Clinical Practice Consensus Guidelines 2014. Cetoacidosis diabética y estado hiperglucémico hiperosmolar. Pediatr Diabetes. 2014;15(suppl 20):154-179.
  21. Vanstone M, Rewegan A, Brundisini F, et al. Perspectivas de los pacientes sobre la calidad de vida con diabetes mellitus tipo 1 descontrolada: una revisión sistemática y meta-síntesis cualitativa. Ont Health Technol Assess Ser. 2015;15:1-29.

Pin It on Pinterest

Directory
Scroll al inicio

For optimized Clinical Trial Tracker use, please utilize Chrome or Firefox browsers